Su nombre inicial fue Presa de Zarraguera, ahora conocida como Presa de la Cerrajera.
De origen mozárabe, las primeras noticias de esta infraestructura se remontan al año 1315, hace exactamente 700 años, cuando el infante don Felipe decidió ceder las aguas del rio Órbigo al Cabildo Catedralicio de Astorga para que el agua llegara a Santa Marina del Rey.
Desde entonces han sido continuos los conflictos existentes por el control del agua, el primero de ellos menos de un siglo después de sus orígenes, y por la modificación de su cauce que permitiera regar las tierras de secano de Santa Marina del Rey, aunque se tiene constancia de que llego a otras zonas no demasiado próximas a este punto antes de llegar nuevamente a las aguas del Órbigo.
Sin duda, el más famoso de estos canales es la presa de la Cerrajera, construida durante la presencia árabe en la península como fruto de una historia de amor de épocas pasadas, la presa de la Cerrajera siglo XII, con u cauce de 40 kilómetros paralelo al río Órbigo, desde Carrizo de la Ribera hasta Cebrones del Río, constituye la mayor obra civil de carácter rural de la provincia de león realizada en la época medieval y tiene un valor económico, cultural y medioambiental extraordinario.
Su recorrido transcurre desde Carrizo de la Ribera, pasando por entre otros Santa Marina del Rey, Acebes, Villazala, Valdefuentes del Paramo, Regueras y desemboca en Cebrones del Río.
Así mismo, losa describe en los antecedentes de la propuesta las particulares características de una presa que nace en Carrizo de la Ribera y vuelve a desembocar en el río Órbigo en Cebrones del Río, al sur de La Bañeza, cuyo cauce de 40 Kilómetros discurre paralelo al río Órbigo en medio de la amplia vegetación que la acompaña y que puede ser tanto acuática (algas) palustre (juncos, mimbres); y en las zonas de crecida los cauces, paleras, salgueros, majuelos, hiedras, chopos, álamos, ect…, destacando que el agua de la presa de la Cerrajera ha significado vida para los pueblos en forma de riego para sus tierras y su fuerza permitió la existencia de más de 70 molinos harineros y de linaza de los que aún se conservan 15.
“Sin duda, estamos hablando de una presa que no sólo produce riqueza sino que también articula un patrimonio histórico, arquitectónico y etnológico que merece ser declarada bien de interés cultural”.
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